miércoles, 25 de noviembre de 2009

“Hot and cold”, las nuevas generaciones del arte y el amor… por separado… o sea, no amor por el arte, ni el amor como un arte.

Las amistades peligrosas quedaban de lado cuando Leonard se reunía con amigos nuevos con mentalidad antigua y algo conservadora, de esas era Nicole. Una muchacha espabilada, algo robusta por su amor a la comida pero sin carecer del encanto juvenil tan propio de aquellos que se alimentan bien y no temen en decirlo o hacerlo en público, así había sido hasta que se enamoró.
Nicole pertenecía a una familia ligeramente acomodada, sin muchos beneficios y pocos prejuicios, ella era responsable hasta la médula y creía que las mujeres debían ser rescatadas; cual cenicienta nada moderna en una época postmoderna, creía en el amor verdadero de pareja, el matrimonio, los hijos así como los estándares sociales de educación, control pero sin la etiqueta social… ¿qué hacía una mujer así estudiando arte?

-No seas tan arquetípico Leonard. Soy una mujer tradicional que le gustan las cosas clásicas, sin mayor complicación… - a Nicole se le trozó la voz- eso creía- empezó a llorar.
-Tranquila chica, vamos por partes…
-¡Me dejó, sólo así me dejó!, ¡malditos artistas!, ¡malditos mil veces!
-Nicole, por partes, vamos por partes.
-Por partes –Nicole gimió- por partes.

Nicole había sido conquistada por un chico nada atractivo de supuesto gran corazón. Lo había conocido vía Internet gracias a un foro de discusión sobre el performance. Nicole no era contestataria y aquel chico podría quemar un autobús si así se lo proponía. Discutieron fervientemente, al menos por parte del tipo, porque ella sólo se dignaba a ser conservadora, no bajo la mirada moralina de la situación sino reclamando la falta de justificación sobre quemar o no un autobús en plena plaza central. Él la sedujo…

-Me sedujo, me dijo cosas bellas…
-¿Bellas?, ¿cómo bellas si su sentido de la estética es distinto?
-¡Bellas Leonard! ¡Bellas!, como que no quemaría el autobús si yo estuviera dentro de él.
-Bellísimo Nicole, eso es romance- profirió Leonard con total sarcasmo.
-Mira que en su lenguaje eso significa bello, ¿no acaso el romance depende de lo que es importante para uno y para el otro?
-Entonces estás hablando de una tabla de equivalencias. Lo que es importante para ti puede no ser importante para él…
-¡Pero lo importante para él es importante para mí!
-Bueno, cediste ¿no?... en una relación buscamos amoldarnos a tal grado…
-Por partes Leonard, vamos por partes.

Después de un año de constantes conversaciones vía web, donde la gente se reinventa a diario, el tipo se reinventó y ella también, ambos ¿atractivos? Al menos en lo intelectual, se habían enamorado de las características, los talentos y las ideas del compañero de charla, hasta que se conocieron.

-Una hora lo esperé en el bendito café, ¡una hora!
-Estás algo colérica, ¿no crees?
-¡Colérico mi trasero! –Nicole se contuvo por un momento. La palabra trasero no solía ser un vocablo aceptable en su léxico –si hubiera entendido en ese momento que su puntualidad sería horrible, que no podía ni siquiera en comprometerse con eso, pero ¡NO!, me engañé.
-Fue una hora, algo representativo a un año de charlas por Internet.
-Puede ser, por algo lo esperé y cuando llegó fue magnífico, era él tal cual lo había imaginado, bello e ilustre…
-Un ilustre que quema autobuses.
-En su cabeza, sólo en su cabeza quema autobuses- señaló con impaciencia Nicole.
-Y no quemaría aquel en que estuvieras tú…- canturreó Leonard con cinismo.
-El punto Leonard. Fue muy galante, como un príncipe.
-No Nicole, no puede ser, ahí es donde tú cometiste el error, ¿un príncipe?, las nuevas mujeres del nuevo siglo no necesitan ser salvadas.
-Pero sí las mujeres del nuevo siglo con mentalidad de mujer del antiguo siglo.
-¿Y entonces por qué tanta pinche mujer que se ha revelado en la historia?
-No metas a la Woolf en esto, ¡no la metas!, ¿qué sabía de amor por los hombres?- Nicole silenció el intento de reiteración por parte de Leonard - ¡Lo sé!, se casó, pero no tuvo el mismo amor por su esposo que por sus amantes lésbicas, de amor no me hables.
-De amor heterosexual ¿no?
-La cosa se complica Leo, la cosa se pone fea.
-Pero si apenas la cosa está “linda”.
-¡Por eso caray!, porque todo era bello, claro que sólo podía ir en picada ¡y cuán en picada cayó!
-Nicole- Leonard le dirigió una mirada acusadora- predeterminaste la relación, la predeterminaste pensando que algo malo pasaría.
-Eso es obvio, no inicias una relación sin tener en mente que va a terminar, aún en el matrimonio sabes que va a morir, ¡tu esposo va a morir!
-Pero si lo acababas de ver.
-Por partes Leo, ¡que esto va por partes!

Salieron muchas veces, ella descuidó su recatada forma de ser, se dejó de la escuela, de su labores de hija perfecta en una casa perfecta de formas modestas, hasta descubrir que ella estaba dispuesta a hacer todo por él, eso le asustó un poco, pero no le importó sacrificarse, sintió que era amor verdadero. Como él era delgado ella empezó a adelgazar por él...

-¿Te lo pidió?- inquirió Leonard.
-¿Pedirme qué?
-¡Adelgazar mujer!, adelgazar.
-No, pero me sentía mal a su lado, él tan flaco y yo tan gorda.
-Eran el diez perfecto- Leonard rió.
-Dejé de comer por él, dejé de comer para verme más delgada, hasta dejé de tomar agua.
-Estás enferma- él entornó los ojos.
-Estaba loca, como verás ya subí otra vez cinco kilos, las rupturas no son buenas.
-Al momento las relaciones no son fáciles para nadie, y las rupturas tampoco lo son.
-Ahora Leonard no sé si es mejor la relación o la ruptura.
-No lo creo Nicole, es obvio que la relación es mil veces mejor que la ruptura, porque al menos en la primera lo disfrutas.
-Yo no lo disfruté, sufrí mucho.
-¿En verdad?, ¿no te gustó ni un poquito?
-De que me gustó me gustó, pero disfrutar más que sufrir…
La relación se tornó tortuosa, él no le daba valía a las cosas de ella. Pues Nicole deseaba un romance certero, quería mensajes de texto en el celular para compartir con la almohada antes de dormir, deseaba una cita “organizada” por él, que le dijera que la amaba y después la llevara a comer, a pasear, al cine, lo “típico”, lo de antaño.
Nicole no era virgen, pero ya hacía mucho tiempo que había tenido una relación sexual con alguien.

-Yo era prácticamente virgen cuando lo conocí-bufó Nicole mientras tomaba un té de naranja y sollozaba tristemente.
-Medio virgen, como la Bolena.
-¡No metas a la Bolena en esto!, ¡no metas a ninguna mujer en esto!
Leonard la intentó tranquilizar.
-Bien, bien, ya entendí que la única mujer protagónica aquí eres tú, porque no te dejó por otra…¿ o sí?
-Ojalá hubiera sido otra.

El tipo sólo quería hablar de transgredir.

-¡DEL SEXO CONTESTATARIO!- gritó Nicole.

Le interesaba romper la reglas y no seguir lineamientos, ¿qué había visto Nicole en él?, ¿qué era peligroso? Se acostó con él y lo disfrutó mucho, pero después del acto se sintió como una puta; él era el primero en mucho tiempo (para ser certeros era el segundo en la vida sexual de Nicole) mientras ella se transformaba en otra mujer dentro de su arsenal de trofeos.

-Entonces le pregunté “¿qué me hace a mí diferente de todas esas otras mujeres?”.
-¿Le preguntaste eso aún en la cama?, espero que estando él fuera de ti.
-Sí Leonard, sí, en la cama y él afuera –entonces Nicole se sonrojó. Leonard no sabía si por pena o porque su nivel de irritación subía cada vez más - ¡¿Y sabes qué me contestó, SABES?!
-¿Qué te amaba?- preguntó Leonard con algo de miedo. Ni todo su sarcasmo era posible para sobrellevar la ira de aquella mujer, realmente estaba hecha una furia.
-Dijo con un tono monótono, de los que usan los hombres cuando pierden la pasión: “A ti te conocí por Internet”.
Leonard no sabía si reír o llorar. Estaba algo indignado, pero no podía culpar al tipo, él era como era y Nicole se estaba esperanzando con un cambio repentino por parte de su amante… o pareja sexual… o ente del ciberespacio.
-Nicole… pues… es…
-Un maldito ególatra. Él insistió en que nos conociéramos en carne y hueso, él me incitó a quererlo cada vez más.
-De eso no puedes culparlo.
-¡De eso y de más!
-Ese tipo es… -Leonard miró a los ojos a su compañera de mesa, ella podía ser eso, su amiga y ocasional compañera de estudios, pero él en ese instante representaba el acompañante de las penas. La noche anterior le había hablado Nicole ahogada en llanto pidiendo verlo para contarle todo sobre su ruptura con el “tipo ese de la web”, así lo había llamado ella. Entonces no pudo más que decir- … sí Nicole, el tipo es un asno.
-Esto es tan confuso, es tan “Hot N cold”.
-¿Lo dices por McLuhan?, entre más densa la masa informante el medio es más caliente, mientras que si pasa lo contrario el medio es frío. Él te daba mucha información para conquistarte y era “caliente” y después es tan “frío”.
-Leonard, deja de pensar como si todo importara, Roman Jakobson no tiene la razón AL DECIR ¡QUE TODO SIGNIFICA!
-Tranquila mujer, tranquila…
-“Hot N Cold” por la canción de Katy…
- ¿Katy Perry?- Leonard no podía poner otra cara que no fuera de desconcierto.
-Sí, ¡KATY! Katy Perry, ¡¿qué otra Katy?!
-¿Dices que es frío y caliente, está arriba y abajo, blanco y negro?- Leonard alzó la ceja e hizo una mueca. Si él complicaba las cosas, entonces Nicole tenía una forma algo rara de expresarlas –pero sigues sin decirme por qué cortó contigo –retomó la palabra Leonard. Si Samantha conociera a Nicole seguro la estrangulaba; Samantha hubiera dicho: “Al punto mujer, que todo eso es paja”.
-Porque descubrió que no era lo suyo, que él era un artista en busca de la consumación, que creía necesario cambiar de aires, sobre todo de sexualidad.
-¿Artista no consumado?, ¿quién es un artista consumado a los…?
-Tiene veinticuatro, terminó la carrera en arte hace tiempo, en su ciudad, lejos de aquí, a dos horas de aquí para ser exactos.
-¿Y necesitaba volverse homosexual para tener mejor producción?
-Dijo que era algo visceral, no es que fuera gay, únicamente requería de un cambio algo bisexual- Nicole empezó a llorar- ama más a su instinto creador que a mí.
-No Nicole, se ama más a sí mismo, sino tendría que haberse comprometido de alguna manera. Estabas pidiendo reciprocidad, tú te entregaste, él no se entregó, no tanto como tú hubieras querido, pero creo que lo que tú querías no era mucho, nada más lo básico.
-Y ahora soy una puta, ¡UNA MERETRIZ DEL SIGLO XXI!
-Cariño- Leonard tomó la mano de Nicole- no grites, estás asustando a los demás comensales.
-Así son las nuevas generaciones- gimoteó Nicole- eso me dijo “Las nuevas generaciones buscan acostarse con alguien, buscan un poco de sinceridad y apoyo en sus parejas, pero si no te quedan pues no te quedan. Los artistas estamos en constante cambio”.
-No todos los artistas querida, no todas las personas de esta generación- Leonard adoptó una conducta seria, la cosa con Nicole ahora se tornaba más seria.
-¡Son dos amores!, su amor por el arte, su amor por mí, y eligió el arte. Dijo que yo no compartía los ideales de la nueva generación, que vivía en el pasado, que tenía que actualizarme.
Leonard puso cara seria e indignada.
-Lo que pasa Nicole es que ahora los creadores ególatras tienden a justificar su amor propio en la época actual. La autosatisfacción está al mayoreo, no saben nada del amor como un arte y mucho menos tienen amor por el arte, sólo amor hacia su persona.
-Es la nueva generación –lloraba Nicole –la nueva generación, yo no pertenezco a ella.
-Sólo fue un mal amor.
-El amor no tendría que ser dañino a tal grado, no más que hermoso y bello, no más que lo sublime, no tendría que ser tan grotesco.
-Ya lo olvidarás, ya pasará- Leonard no estaba seguro si acaso olvidaría al tipo aquel o si lo superaría, pero debía darle ánimos a Nicole, demostrarle que no toda la nueva generación era tan desgraciada consigo misma, pero sobre todo, con los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lalalea aquí