sábado, 22 de mayo de 2010

La double vie de Leonard (parte II)

¿Por qué será que muchos escritores piensan en libros? –Se preguntaba Leonard de camino a su ponencia –en libros, en el drama, en la comedia, la forma de conformarlas y darles un sentido relativamente estable para después establecerse en el papel, ya que ¿de dónde más puede salir tanto drama si no es de una mente trastornada que se empecina en ver dentro de cada acto cotidiano una buena historia que contar?- recordó la ocasión en la cual se sentó a desayunar con aquel chico que tanto le atraía, todo fue para él una cuestión caótica de eventos malformados al borde de cuarenta minutos, pues dentro de aquella efímera comida llegaron dos de sus amigas que habían sido ex amores de uno de sus amigos, primero una, después la otra, la tensión se acrecentó; posteriormente llegó la mejor amiga de aquel hombre que había despechado a sus otras dos amigas, haciendo el momento aún más incómodo, y por si no le bastaba eso para llenar los minutos con diálogos ofensivos, no de un modo directo e incisivo, sino más bien cual guerra fría, donde se insinúan cosas terribles sobre la otra persona, llegó el amor frustado de aquella chica recíen llegada.

La cosa fue más bien así:

-Oh Leonard, ¿sabías? Mi hermano pequeño va a cumplir años la próxima semana- dijo Latika con un tono tranquilo y algo etéreo, así era ella, quizá siempre estaba algo drogada –lo tratan como a un rey, siempre se hace lo que él quiere- Latika había sido novia de Jaques en el primer año de la carrera. Su relación había terminado porque Jaques no podía mantener por mucho tiempo el compromiso, y cada vez que la cosa se ponía "seria" prefería “cortar por lo sano” según sus propias palabras.
-Están criando a un monstro- contestó Armand, aquel chico atractivo con el cual se deleitaba Leonard cada vez que le veía pasar. Armand era un músico encantador, delgadísimo pero al parecer adicto a la vida ligera, en eso también podía identificarse con Latika, de quién era amigo.
-Están criando a un asesino serial… posiblemente- retobó Igraine, quién había salido con Jaques recientemente y cuya relación había terminado por el miedo de Jaques frente al compromiso.
-¿Y qué le van a hacer para celebrar su cumpleaños?- dijo Leonard ignorando el comentario mordaz de su amiga Igraine, para continuar su conversación con Latika, cuestión que le desagradó en su totalidad a Igraine.
-Lo van a llevar a una tienda de videojuegos un día antes de su cumpleaños para que todo el día se lo pase en bata de baño frente al televisor, ya en la noche le hacemos fiesta con todos sus amigos, es muy popular y cabrón- sonreía Latika a todos los presentes en la mesa.
-Seguro que pueden ir las personas con el interés de divertirse con él o sus pertenencias… ¿no?- sugirió Igraine, a lo que Leonard le desafió con la mirada. Tanto tiempo había esperado para poder desayunar con Armand y ahora se sentaban esas dos mujeres a arruinarle el momento.
-¿No sé cómo podrías saberlo Igraine? No se te ve muy acompañada, puede ser cuestión de la persona… o porque esa persona no tiene posesiones…- decía Latika cuando Leonard le interrumpió.
-Existen ciertas personas que no valen mucho la pena, mucho menos cuando está indispuesta al compromiso, así que no vale la pena comprometer a otras personas a un disgusto sólo por el recuerdo o lo circunstancial, ¿no les parece?- estaba molesto ¿acaso tanto daño les había hecho Jaques como para que se pelearan entre ellas mismas? Quizá se odiaban porque había dejado a una por la otra, para después dejar a la otra e irse con otra, la que fuera. Maldijo fuertemente a Jaques en su pensamiento, pues por él no podía disfrutar la compañía de Armand, quién de cualquier forma no se veía muy interesado en la conversación ni en nada en específico. Atacaba su comida sin mucho interés, tenía puestos sus lentes oscuros, no se los había quitado en ningún momento.
-Puede ser…- Latika hizo una mueca de hastío-y tú Armand ¿qué opinas? Estás muy callado.
-Lo siento- dijo en tono desabrido pero aún con mucho decoro, como quién desea poner un poco de interés en la situación- es que vengo crudo…
¿Crudo?- pensó Leonard- pero si es martes- entornó los ojos y volteó a ver a Igraine con mirada suplicante, a lo que su amiga le contestó con otra que expresaba: “Te lo dije, no es tan lindo, culto y elegante como creías, no es tu clase de hombre”. Al menos eso pensó sobre la gesticulación de su amiga, ya que era algo que siempre le repetía.
Entonces llegó Natalia, amiga íntima de Jaques, también amiga algo superficial de Armand, porque a la par en esa mugrosa facultad “todos” eran amigos o conocidos de “todos” –Y todos- pensó Leonard mientras se juntaba más gente en la mesa- se tiran mierda a la espalda de todos.
-Hola Leo, sólo vengo a saludarte. Ya inició la clase, pero bueno ¿vas algo adelantado verdad?, ¡ay! No sé cómo lo logras, pudiste sacar la pieza en menos de una semana, ¿te has estado aplicando verdad? -en ese momento Natalia sólo hablaba con él, después miró a los demás comensales y les dedicó un largo “Hoooooooola”- pero se te ve muy cansado, deberías dormir más ¿Qué haces en las noches?- Natalia alzó ambas cejas y jugueteó con ellas para después reírse con total soltura- pero ya los dejo chicos.
Estaba justo por irse cuando al lado de Leonard se sentó Richard, el amor frustrado de Natalia (que a la par Natalia era el amor frustrado de Richard) y le empezó de la nada a rebatir sobre la importancia de color magenta en la pintura.
-No lo sé Richard, en verdad que no es mi campo, soy sólo un lector con ganas de ser escritor.
-Pero quieres ser escritor de arte, hablar del arte, para el arte y sobre el arte, ¿cómo no puede interesarte la importancia del color? ¡MUCHO MENOS DEL MAGENTA!- exclamó levantando su mano astutamente.
Seguro el muy maldito sabe por boca de Natalia que Armand me agrada y por eso ha venido a arruinarme el desayuno, lo que no sabe es que ya estaba arruinado- pensaba Leonard para después contestar-No sé Richard, no me importa, te lo reitero…
-Natalia bonita- dijo Jaques que se acercaba a darle un beso a su amiga –Armand, ¿cómo has estado?
-Crudo.
-Yo estuve crudo toda una semana- los dos rieron frente a la cara desaprobatoria de Latika e Igraine – !Ah¡ y hola a todos los demás.
Jaques, como buen amigo acérrimo de Natalia, sabía los problemas amorosos que había tenido con Richard, así que se odiaban mutuamente. Richard decía que Jaques no sabía nada del arte y el video, mientras Jaques aseveraba simplemente que Richard no tenía pene. Cuando se cruzaron sus miradas la tensión creció aún más. Además, Jaques y Armand eran amigos.
-Ya me iba- dijo Natalia.
-Pero ¿por qué no comemos? No quiero dejar a mi amiguísimo Armand sólo en su desdicha, yo sé lo que es la cruda.
-Lo supongo- murmuró Richard cuando se ponía de pie- debes ser más letrado Leonard, no puedes seguir siendo un inculto a estas alturas de la carrera.
-Las putas no necesitamos gran educación- soltó Leonard un poco alterado.
Richard sonrió, lo había logrado, sacar de su aparente control a Leonard frente a su querido Armand. Efectivamente, el desayuno podía empeorar, pero ¿realmente importaba? Tanto había añorado el desayunar con el aparente chico/músico/sexy/excepcional como para darse cuenta que se embriagaba los lunes de final de semestre sin el menor interés.
-Lo suponía- Richard se retiró con un aire triunfante, cual Richard III al haber ganado la junta ante el primer ministro sobre la coronación de sus sobrinos, arrebatándoles el trono.
Pero ésto es peor que “La Guerra de las Dos Rosas”- pensó Leonard mientras presentía que quizá le daba demasiada pereza al tal Armand el siquiera dirigirle la palabra; que Jaques le estaba perjudicando si darse cuenta; a Igraine y Latika les valía mejor madurar, pues Jaques no merecía tanta atención, no para descuartizar de forma verbal a su acompañante de mesa, y que Natalia tenía que controlar a su Richard, pues le venía a molestar por la amistad que tenía con ella- Y todo esto quedaría bien en una novela, porque es como las “Las amistades peligrosas” del arte- fue ahí donde se le ocurrió el tema de su segunda novela, ya estaba resuelto.
-Mejor me voy, ya inició mi clase- Leonard se levantó y con él Igraine. Ambos se retiraron.


Mientras recordaba aquel desayuno, Leonard maldecía su cabello. Lo había acomodado en un elegante chongo, sin embargo se había arruinado al recargarse en el asiento del autobús en el cual viajó. Ahora se encontraba en el baño aledaño a la sala de conferencias. No había podido evitar el dormirse en el transporte público, apenas había dormido dos horas, y al final aceptó viajar para atender a un cliente que le había pedido una sola tarde. No valió mucho, pero le pagó ambos pasajes y también lo suficiente para comprarse una camisa elegante y un pantalón decente para hacer su presentación.
-Igual mi armario se encuentra repleto de ropa, pero no podía presentarme con el mismo atuendo que ocupo para ir a la escuela, Roco ya me ha visto en la facultad, debo ser ligeramente distinto.
Y efectivamente había logrado un aire bohemio más no desentendido del entorno. Roco siempre llevaba una boina, una playera de aquellas que tienen un cuello amplio y botones hasta le pecho, así como unos pantalones holgados más no desenfadados y unos mocasines. La ropa la variaba, pero el estilo era el mismo.
Leonard vestía justo una camisa blanca de manga corta de tela delicada, se había desabrochado los primeros tres botones cercanos al cuello, puesto un collar de semillas de café, un pantalón azul ligeramente ahulado de singular resplandor y unos zapatos color café que acentuaban el conjunto con un poco de refrescante elegancia. Su cuello se veía aún más fino con ese peinado, pero tristemente no podía hacer mucho por las ojeras que tenía, no eran muy visibles, pero odiaba su presencia.
-Perfecto- apreció nuevamente la forma con la cual su cabello se veía elegante cuando lo recogía acertadamente.
-Efectivamente, se ve bien- dijo Roco al entrar al sanitario.
-Gracias- profirió apenado.
-Si- Roco se introdujo en un urinario mientras Leonard se escabullía por la puerta. Su celular sonó.

-Es martes- contestó Leonard algo cansado su teléfono móvil.
-Ya lo sé, sólo quería recordarte que dijiste te tendría todo el próximo fin de semana- era ese hombre intrusivo y obsesivo.
-Lo tengo entendido y agentado, así que si no te molesta debo colgar porque tengo una ponencia que dar… -en ese momento se interrumpió, el maldito estrés le había hecho proferir más información de la que deseaba dar.
-¿Das ponencias?, ¿de qué?, ¿dónde? ¿No estás muy joven para eso? ¿Qué edad tienes?
-Debo colgar, nos vemos el fin de semana, puedes estar seguro.
-Y espero me contestes muchas cosas más.
-No me hables así, no tengo por qué darle explicaciones a nadie, el hombre nació condenado a la libertad- la última oración no sabía de dónde le había salido, era de Sartre, pero ¿a qué venía eso? Era un recordatorio para sí mismo más allá de rebatirle algo a su cliente.
-Nos vemos el viernes en la tarde.
-Me temo que…- el hombre había colgado. Entonces se percató que Roco le veía desde la entrada del sanitario, pero su mirada no denotaba ninguna expresión. Después el hombre se introdujo en la sala de ponencias.
-¿Así es la vida real? ¡Así es la vida real!- se afirmó Leonard primero en un susurro y después en un volumen ligeramente más audible- Ésto es una doble vida, la personal y la estudiantil que se presume profesional. Ahora debo sentarme frente a toda esa gente con un gesto tranquilo y triunfante, como si no tuviera ganas…- contuvo la respiración, no le caería mal en ese momento un ansiolítico o algo que le tranquilizara, más bien una píldora más fuerte, tenía ganas de una de esas cosas tóxicas que le daba Ferdinand, pero no tenía ninguna, ni allí ni en ningún lugar, quería dejar las drogas, ya tenía tres semanas si nada en su organismo, ahora fumaba más, pero sin que nadie lo viera, así que tampoco se animó a prender un cigarro.
Cerró los ojos, intentó tranquilizarse pero no podía ¿qué le sucedía? Estaba a punto de perder el control por nada, por una ponencia que no significaba nada, por un hombre intelectual que no debería significar nada y por otro con al cual nunca debió involucrarse para nada. Volvió a entrar al baño, sin pensarlo mucho se introdujo en un cubículo, se sentó en el retrete. Sacó de su mochila café su pluma de punto fino y la enterró en su antebrazo izquierdo de una forma tan violenta que se penetró la piel hasta el grado de hacerse sangrar.
-Maldición, vengo de blanco- fue lo único que dijo al instante posterior a la efímera tranquilidad que la había brindado el flagelarse.
Tomó un pañuelo desechable y cubrió la herida haciendo presión para evitar que siguiera sangrando, no tenía idea de qué tan profunda era la herida, no le preocupó el hecho de que el sangrado no se detuviera fácilmente, ¿cuán larga era la punta de la pluma? No mucho
Estaba infinitamente más tranquilo y seguro de poder con la ponencia, el tener una charla amena con Roco para poderlo impresionar, terminar el semestre con decoro, seguir durmiendo dos horas a diario, rescatar sus diez materias con notas aprobatorias y conservar su buen promedio, el levantarse y atender a sus clientes, sobre todo solucionar el asunto con el hombre que le acosaba, iría todo el fin de semana, desde el viernes en la tarde si era necesario; se acostaría con él, le daría placer y averiguaría la forma de poder chantajearlo para que no hablara o al fin le dejara en paz.
-Todo es posible, todo me es lícito- esperó a que su herida estuviera estable para salir del sanitario.

Dio su ponencia con total tranquilidad y encanto, nadie se imaginaba que ese chico de veintiún años que se la pasaba pensando en libros, estaba convirtiendo su vida en uno muy dramático.

6 comentarios:

  1. Lamentablemente la gripe derivó en neumonía, pero estoy mucho mejor. Gracias por tanto cariño.

    BESOTES.

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  2. Ay Satan, espero te recuperes pronto. Besos

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  3. ¿De dónde más puede salir tanto drama si no es de una mente trastornada que se empecina en ver dentro de cada acto cotidiano una buena historia que contar? ¡Ocuh!, ¡Cierto!
    Jajaja… sí, quizá siempre estaba algo drogada. Esta muy confuso todo esto, jajaja, pero divertido. Tuve que releerlo varias veces. Estuvo muy chido.
    Haber cuando pasas, ya tiene tiempo que no firmas :P
    Espero verte pronto. Que estés bien :)

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  4. Si uno lee al Leonard de hace un año podemos decir que los cambios que le han acontecido han sido barbáros. Es increíble, en un año este personaje a crecido y sobre todo se a atrevido a cuestionar mucho más.

    Esta entrada en especial me ha parecido muy divertida.

    Yo a la vez dejare mi 2047 para ser una "artistajovenintrepidadehoy" y tener mi sitio con "obra" y demás cuestiones adolescentes que sabes me encantan jaja!

    Me gustaría ver hasta donde llegará Leonard y que sucedera el sigguiente año, el cual tanto para ti como para el serán el último.

    Abrazo Bloggero!

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  5. Jajajaja mi comentario es tan solemne que hasta me siento "comounanoartistajoveneintrepida"


    p.d: quiero más entradas como estás!!!

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  6. Hola chicos!, Luis, gracias por pasar, espero que cuando nos veamos tengas muchos comentarios que por hacer sobre "La campana..." Ya pasé por tu blog, me encantan tus ideas.

    Ana (sin doble n) querida, que va, queridísima. Pero qué no te has dado cuenta que ya eres una artistajovenintrepidadehoy!!!! pensaba reclamarte y decir que no cierres tu blog, sin embargo me percaté de que tienes planeado abrir otra página DONDE MOSTRARÁS TUS TRABAJOS!!!! qué bien!!! me encanta la idea, muero por verlos.

    Me alegro les gustara la entrada y no dijeran: Huy seguro ahora ya eres prostituto y te cortas... pffff por que la gente sigue pensando que es mi vida... y lo digo claramente: No lo es.

    Como bien dices Ana, las cosas cambiaron en un sólo año y no sé qué pasará en el año entrante, más cambios por venir, más campos por cuestionar.

    Besos y abrazos a los dos. Que tengan una buena semana.

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